Por muchos años existió en la mente de algunos bocatoreños, amantes de la historia y la cultura del Archipiélago de Bocas del Toro, la visión de contar con un Museo de Bocas del Toro, un local ubicado en pleno centro de la ciudad del mismo nombre, donde se contara la historia antigua y moderna de esta hermosa región.
También por muchos años existió en nuestra mente la visión, para este objetivo, de algunas de las más hermosas casas construidas, algunas de ellas hace más de 100 años, en la época del esplendor del banano bocatoreño.
Estas casas, de arquitectura mal llamada caribeña, son aún hoy en día un reflejo de la forma de vivir en esa época, donde el calor y las lluvias típicas de estas tierras se remediaban con viviendas amplias, de altos techos, ventilados el aire corría para refrescar el ambiente y donde los insectos eran repelidos (más o menos) usando diferentes trucos.
Y decimos "mal llamada caribeña" porque no son más que la reproducción aproximada de las casas de los grandes plantadores de algodón y de tabaco del sudeste de los EEUU.
Ese mismo modelo ha sido utilizado por los plantadores de caña de azúcar de Jamaica, Barbados, Bahamas y Bermudas, por los plantadores de banano en diferentes países de Centro América, y por algunos plantadores de caucho en el norte de Brasil, entre otros.
Localmente, no se nota un ansia, un intento de recuperación del tiempo perdido, de salvar lo que aún queda. La devastación continúa: nuevos e innecesarios supermercados se abren todos los años en los solares donde existían esas joyas de la arquitectura bocatoreña.
Aun cuando algunas de esas antiguas estructuras han sido conservados y, en algunos casos, restauradas, como es el caso de la residencia de la familia Cheng en Avenida Sur y el Hotel Bahía, en Calle 3ra., antigua sede administrativa de la United Fruit Co., existen otras que necesitan ser salvadas del abandono y del olvido.
Entonces ¿qué mejor idea que cumplir con dos sueños de quienes amamos Bocas del Toro y no deseamos que se convierta en un lugar sin personalidad, sin historia: contribuir a conservar nuestra arquitectura y contar con el anhelado Museo de Bocas del Toro, un verdadero atractivo para el turismo.?
